Gato Doméstico
Felis silvestrus catus
Considerado una mascota popular y un animal común en el ámbito urbano, el gato doméstico entraña un cúmulo de datos sorprendentes e interesantes.
En el presente casi todas las personas conocen a los gatos y han tenido uno en su vida. La larga historia de la presencia gatuna en las civilizaciones humanas tiene una antigüedad de al menos 9,500 años, pudiendo descender de gatos salvajes africanos. Fueron animales venerados en la civilización egipcia, pero denostados durante la Edad Media. Muchas personas prefieren su compañía pero otras todavía mantienen antiguas creencias mitológicas acerca de ellos.
Todos los gatos domésticos pertenecen a la subespecie Felis silvestrus catus, aunque las razas son inmensamente diversas. La mayoría de los gatos son mestizos y una pequeña parte es de raza pura.
Descripción
Existen más de 100 razas de Felis silvestrus catus. Estos gatos poseen un cuerpo pequeño pero enormemente ágil. Suelen pesar unos 4-5 kilogramos, aunque otras razas, especialmente aquellas de pelo largo, tienden a obtener un cuerpo más robusto y pesado. Los gatos domésticos tienen probabilidad de desarrollar obesidad gracias a su condición sedentaria y a la sobrealimentación. En contraste, los gatos que no poseen un hogar fijo suelen ser más esbeltos debido a su complicada disposición de alimentos.
Poseen garras retráctiles, dientes afilados, bigotes o vibrisas en el hocico y generalmente una larga cola que les permite mantener el equilibrio durante los saltos. Las patas cuentan con almohadillas suaves excelentes para acechar sigilosamente a sus pequeñas y ocasionales presas, apoyando su peso sobre las puntas de los dedos.
Con excepción de alguna que otra raza, todos los gatos están cubiertos con un pelaje corto o largo que presenta variedad de tonalidades y patrones de coloración en función de la raza. La mayoría de los individuos de 3 o más colores son casi siempre hembras.
Hábitat y distribución
Pueden encontrarse gatos domésticos en casi cualquier lugar del mundo, exceptuando la Antártida. Su presencia es un hecho en sitios poblados por humanos, dado que la relación entre ambos tiene una larga historia. La domesticación de Felis silvestrus catus pudo tener origen en la necesidad humana de contrarrestar las plagas de roedores y otras especies invasoras, y hasta la actualidad la relación suele ser muy cercana.
Aunque muchos gatos tienen la fortuna de habitar un hogar humano y de ser cuidados y alimentados cariñosamente, varios son “silvestres” al haber nacido de otros gatos de la calle o por haber sido abandonados. Otros gatos salvajes tienen la facultad de prosperar en praderas, bosques, terrenos agrícolas y hasta la tundra.
Comportamiento
La personalidad del gato es fuente de bromas y de dichos populares, ya que, a diferencia del perro, es un animal fuertemente independiente y orgulloso. Los gatos domésticos son territoriales y utilizan marcas de orina en árboles, muebles, troncos y rocas para delimitar su rango geográfico. En ocasiones manifiesta un comportamiento huraño, muy solitario o agresivo, y durante su vejez aumentan el número de horas de descanso. En contraste, los gatitos son muy curiosos y juguetones.
Prefieren las horas del día para descansar y durante el crepúsculo o la noche salen a cazar o merodear. Los gatos que viven en las calles pueden agruparse y formar colonias en donde se establece una dominancia jerárquica. No son raras las veces en que estos gatos luchan por territorio, para aparearse con una hembra o para defender a las crías.
Una ventaja que encuentran los dueños de gatos es la limpieza de éstos. No es completamente necesario que se los bañe ya que ellos mismos acicalan su pelaje con la lengua, o la cara con una pata previamente mojada en saliva. Muchos gatos domésticos son tranquilas mascotas y, contrario a la creencia popular, son capaces de demostrar apego por los seres humanos.
Alimentación
Son felinos carnívoros. Los individuos que habitan hogares suelen ser alimentados con comida especialmente diseñada para sus necesidades biológicas. No obstante, la mayoría de los gatos conserva su instinto de caza y pueden capturar presas pequeñas, generalmente roedores, anfibios, aves y peces. Comparten con los demás felinos la tendencia a morder el cuello para cortar la médula espinal de su presa y provocar la muerte.
Su intestino aún puede digerir la carne cruda, pero es importante tener cuidado con lo que se le ofrece porque ciertos alimentos son peligrosos para su vida. ¿Ejemplos? El chocolate, alimentos dulces y hasta la leche no materna.
Reproducción
Los gatos domésticos se reproducen con varios individuos a lo largo de su vida. A menudo, los machos pelean para aparearse con una hembra y quien gana la lucha se gana también el derecho de aparearse con la hembra en cuestión. La cópula es dolorosa para ella ya que el pene del macho posee unas espinas que hacen contacto con los tejidos internos.
La hembra espera un período de 64-67 días que dura la gestación de los gatitos, que suelen ser entre 3 y 5 por cada parto. La madre los acicala con cuidado y amamanta hasta que pueden consumir alimentos sólidos.
Amenazas y conservación
Los gatos domésticos son muy abundantes en los entornos urbanos y rurales y no se les considera verdaderamente amenazados; su población mundial es de unos 500 millones. Pueden ser atacados por perros pero principalmente por el hombre, que ha llegado a utilizar su piel para la confección de indumentaria.
Hablar de gatos domésticos es asunto largo, ya que son animales estrechamente vinculados con los seres humanos desde los principios de las civilizaciones.
Su conservación es una preocupación importante para los grupos defensores de los derechos animales, y frecuentemente se insta a los dueños a esterilizarlos para evitar que por un exceso de individuos éstos terminen en las calles, a expensas de los peligros de enfermedades y maltrato.